martes, 1 de mayo de 2018

LA POBLA DE MASSALUCA: VIAJE EN EL TIEMPO

No tengo ningún problema en mirar atrás. Lo que no tolero es que me mientan. Así que decidimos que no volveremos sobre nuestros pasos por la carretera del dolor, puesto que el kilometraje que indican los letreros de la carretera es falso: los 20 afirmados son, en realidad, 30 de sinusoidales curvas. Así pues, buscamos alternativa: la hay. Del Faió a La Pobla de Massaluca. No sin temor, lo reconozco, empezamos la ruta... quizás sea peor...
Pero no. La carretera, ya ganada la altura del altiplano, llanea. El cielo amenaza lluvia y funde su azul ceniciento con el pardo de la tierra.

La Pobla de Massaluca fue íbera. También templaria. Ahora parece vegetar. Nos recibe el núcleo antiguo con un potente olor a cigarro caliqueño: un hombre curtido conduce un tractor con remolque, en el que un joven ayudante va cargando las bolsas de basura que hay frente a los portales de las casas: aquí se recoge a mano.
Va a llover. Nos vamos.

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