martes, 13 de marzo de 2012

Y JUDIAS, TAMBIEN PLANTADAS

Como ya estábamos en el ajo, pues plantamos también las judías lengua de fuego. Las hemos colocado en un lado donde la malla protectora proyecta más sombra, de manera que no reciban tanta insolación. La tierra, aunque por encima estaba seca, por debajo retenía humedad. Hemos puesto cinco judías por agujero, y cada agujero está separado 15 cm. La distancia entre líneas es de 30 cm. Se riegan las judías en el agujerito, y se tapan.
Se recomienda no regar más hasta que germinen: en verdad, si se hace, a veces se pudren. Otras veces no: depende de la capacidad de retener humedad del la tierra. Nosotros ya no las regaremos más, hasta que saquen la cabecita. Eso sí, esta vez les añadiremos un puñadito de sulfato de hierro al lado de cada agujero, para evitar la clorosis.

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