domingo, 11 de marzo de 2012

REGAR OLIVOS A CUBOS

Además de regar el prado con las turbinarras, estamos regando los olivos a cubos. De esta manera me quedo más tranquila: podemos aguantar unas cuantas semanas más sin que llueva. La tierra, cuando recibe el agua fresquita, a la caída de la tarde, chispea: y la absorbe con fruición casi sexual. En la foto se ve la fila de la derecha regada ayer por la tarde; la de la izquierda, y otras más que podamos hacer sin cansarnos en exceso, serán para este ocaso.
Me gusta regar. Se nota que hace falta. Aunque los olivos son adustos y no gustan comunicar sus sentimientos a los humanos, se nota que reciben el agua con alegría. Hasta diría que sonríen un poquito y todo, por alguna de las grietas de sus cortezas...

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