domingo, 11 de marzo de 2012

PAELLA DE ARROZ CON TOMATE

Después de semejantes trabajos huertanos, es necesario reponer fuerzas con enjundia. Para ello, nada mejor que dejar que Josep haga uno de sus arroces. Éste va con tomate, cebolla, huevo y lomo embuchado. Sin palabras...hasta yo he repetido, porque la verdad, es que el día de hoy se las trae: patatas, regadío...pero estamos contentos.
Aunque prosiguen mis dudas sobre si realmente vale la pena tanto esfuerzo, ver su energía me alegra. Digamos que a veces dejo de pensar en mí, para verlo solamente a él. A veces se descansa así: pensando que realmente, vale la pena vivir por otro. Que lo que pensemos, sintamos o queramos realmente no importa; sólo importa que el otro te mire y te diga que adelante. Y te entregas a ese deseo: qué importo yo, si soy para que él sea...

-Robin, no te has puesto sombrero y el sol aprieta: te ha dado fijo un pasmo, observo.

-Calla Xènius, ¿no ves que estoy romántica y decadente...?

-Tontona más bien.

2 comentarios:

Víctor dijo...

Estás espléndida en tu decadente romanticismo, Señorita Escarlata. Beso tu mano. Y el arroz...ohhhh...

Robin dijo...

Gracias cariño.
La combinación arroz-tomate es una de las cosas más deliciosas, según mi entender, que se pueden comer. Y aderezado con alguna especia, no demasiado fuerte, que no predomine mucho...ah, maravilloso...