martes, 27 de marzo de 2012

EL BAILE DEL BOSON

El monte reverdece después de la lluvia. En un par de días, el aspecto agostado cambia a una pradera de un verde vital. Caminar ahora es una delicia: la tierra no se levanta en ese polvillo resbaladizo, la humedad se percibe a cada paso. Las plantas transpiran el agua del suelo para devolverla a la atmósfera, en un eterno retorno cíclico, en una rueda sin fin ni principio. La energía se percibe: está en el aire, es una vibración infinita, una onda electromagnética que lo envuelve todo, en un aura de partículas elementales. Energía: fluye, se arremolina, se materializa, se desmaterializa, baila. Son los bosones de Higgs: no los encontrarán en el Gran Acelerador de Hadrones; o tal vez sí, pero aquí se sienten. Las partículas de Dios...

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