domingo, 29 de enero de 2012

LA MESA DE DUENDES(I)




Muchachitos de Sherwood, nuestro reloj de pared es un verdadero truño. Aparte de estar mal calculado, le da la sombra del alero durante gran parte del otoño y el invierno, de manera que no marca nada. He decidido destruirlo y elaborar otro. Pero esta vez, será horizontal.
Para tal cosa, y con el fin de que sea perdurador en el tiempo, lo grabaré sobre una piedra. Pero no una piedra cualquiera: un pedazo de losamen al que le tengo yo echado el ojo hace tiempo. Es una de esas mesas de duende que suelen encontrarse por la zona. He hablado con el pequeño pueblo, y me ha dado permiso para cogerla: dicen que, como pueden entrar en nuestra casa por la gatera, que vale, que si acaso ya harán sus fiestas junto con nuestros gatos. De acuerdo, pues.
Obsérvese la cara de Josep, que está hasta las narices de mis ideas, porque el piedro éste pesa mucho. Baste decir que me he caído al intentar levantarlo, y me he pegado un costalazo glorioso.
Pero...ya lo tenemos en casita. Mañana, más datos.

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