jueves, 6 de octubre de 2011

RESITUANDONOS

Antes de ayer recibimos una visita importante: dos personas de La Palma d'Ebre, muy veteranos, vinieron a vernos. Uno de ellos, de 78 años; el otro senior, de 92 años.
Las palabras que nos dirigieron nos han llenado de ánimos. Porque nos han dado coraje para perseverar. Y además han alabado sinceramente nuestro trabajo y nuestro esfuerzo. El más veterano vivió la Segunda Guerra Mundial. Episodios espeluznantes, viendo la muerte a su lado. Pero nunca dejó de pensar en la vida, en que podía salir adelante. Y el más joven es un experimentado constructor de masets y esponas, construcciones hechas con piedra seca, sin argamasa ni cemento ni nada, marcadas a golpe de mallo. Y hay que tener un don para colocar las piedras: no todo el mundo siente su canto.
A veces, los hijos de la civilización moderna nos dejamos arrastrar por el desánimo, por la aflicción, por motivos que a estas personas seguramente les parecerían irrisorios. Y me encanta que me hagan recolocar la perspectiva de la vida: nosotros, los de la generación actual, no sabemos lo que es luchar por sobrevivir, pero no sólo por obtener recursos de nuestro entorno, sino pura y simplemente por mantenernos con vida frente a fuerzas hostiles que nos quieren, literalmente, matar.
Y además, esas experiencias no sólo no pudieron con ellos, sino que les dieron la fuerza necesaria para no perder la sonrisa, y para tener una mirada clara, transparente y que llega al alma.
Gracias, señores, dignos representantes del género humano. Y absolutamente nadie tendría que vivir una guerra

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